Can you hear me? I don´t want this any more!
I WANT TO CALL IT OFF!

miércoles, enero 16, 2013

Vuelta a casa


Mandalas de vidrio molido
mocos y sangre
te decoran la cara,
volvés derretido a ningún lado
por el sol del mediodía que
nunca supo perdonar a nadie,
los ojos se queman y los pies se desarman
a cada paso que dás
por pura inercia.

Ese cuerpo que ofrendaste al caos
a la noche
a los escapes de cartón
quiere decir BASTA.
Pero esa boca ya no es tuya,
tu cuerpo dejó de ser t u  c u e r p o
hace tantas horas.

Las viejas con várices te miran
los perros enrejados te miran
los policías con la cara como un culo mugriento te miran
los travestis mal hechos y peor usados te miran
el mundo entero te mira
y te quiere usar de cloaca.

Pero ya no puede lastimarte,
fue tu e l e c c i ó n .
Nadie puede culparte
por tratar de huir
de la única forma en que aprendiste
a hacerlo.

No existe una Familia ahora
ni existe un Dios ahora
no existen Amigos
que salven ahora.

Estás Solo Ahora
Libre y Solo
Libre Roto y Solo.

Sos un algo
arrastrando un cuerpo
que arrastra una noche jodida
que arrastra una vida todavía más jodida
que se arrastra
bajo el sol
y busca un lugar para morir
otra vez
como todas las veces.

Vas doblado pero todavía sin romper
roto pero todavía sin morir
muerto pero todavía resignado a la vida.

Son las once y treinta y cinco de la madrugada
mientras pateás las calles
en las que measte y cojiste y sentiste que el alma
se escapaba entre los dientes y salpicaba
(salpicaba tanto)
la vereda de un alguien que nunca te va a importar conocer.
Son las once y treinta y cinco de la madrugada
y todavía estás vivo aunque no tendrías
por qué estar orgulloso de eso.
Pero lo estás
y eso te deja seguir,
no importa a donde pero seguir.
Seguir como sea.

Ja ja ja

Yo me río,sabés?
Me río de los etíopes de cinco o seis años que se mueren de hambre
de las violaciones cristianas a lo largo de la historia
de los que demonizan los santos
de los que santifican los demonios 
de que los verdaderos ídolos tienen que morir para llegar a ser
de las veces que me han roto la cara sin una pollera cerca con la que limpiarme la sangre.

Ayer vi un cadaver desde la ventana del micro mientras viajaba por ahí.
se escuchaban gritos llanos mocos,
nunca pensé en lo sonoro que puede llegar
a ser un moco.
En fin,
muerte.
Y después de los gritos
y los llantos
y los mocos
solamente silencio.
No pude evitar reirme,
no solo del muerto inerte que poco a poco se enfriaba y deshacía
al costado de la calle que jamas se detiene por nadie,
no solo de a quienes se les quebraba el alma porque un corazón conocido
había dejado de bombear vida,
no solo de mi rol de espectador aislado que va a terminar igual de fiambre
de todos modos.
Quiero responder al absurdo con la carcajada que se merece
el Gran Chiste de Mal Gusto que son nuestras vidas.

Si, me río.
Me río de los miembros amputados en accidentes automovilísticos
de los adictos que entregan el culo servido en bandeja por otra dosis,
esos adictos que decoran las noches sobrias con gritos desgarrados,
de los bebés que duermen eternamente en bolsas negras de basura
de que mi viejo me contó que,
de vez en cuando,
tiene ganas de morirse y que le da tanto miedo pensarlo.

Lloro por que no puedo cerrar los ojos a la falta de sentido,
pero al final siempre está la risa que quiebra la garganta,
que quiebra el silencio en el que estamos todos metidos.
No puedo evitarlo...

jueves, enero 10, 2013

Te veo venir, largando humo que no es tuyo,
balanceando el orto que segundo a segundo se cae
no importa que hagas para evitarlo,
mientras siento el peso en mi cintura
que te puede robar el futuro
que ya tenés robado de antemano.
Mirá el pajarito que te via disparar me hace eco en la mente,
no se por qué
pero lo hace.
Quiero hacer abstracciones con tu cara
y no te conozco,
porque no te conozco,
por suerte no te conozco.
No me decido,
me pica el dedo
compartís la culpa
pero tampoco sos responsable
de lo que nos pasa a todos,
de lo que puede estar a punto de pasarnos.
El tiempo no existe para nosotros,
todos los ojos de la calle desierta está fijos en mi mano
y en tu andar tan tranquilo,
en las comisuras de mi boca
y en tu sombra que se alarga en la noche.
Estoy al este de la locura,
volví tan atrás...
Tan atrás.
Estoy al sur de ningún lado
con el fin de tu vida frotandose contra mi pierna.
Se me dilatan las pupilas
y ya no puedo ver tu rostro.