No me importa sentirme mal.
Tengo una media sonrisa llena de melancolia
frente a un monitor impersonal
en una casa sin hogar.
Puta lluvia.
Revolviendo heridas viejas.
Y no del todo cicatrizadas.
Rompiendo los castillitos de naipes que tardé tanto en armar.
lunes, diciembre 28, 2009
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