te, mujeres que hubiese pensado
hermosas en otro momento. Todos y cada uno se tornana objetos que tengo
que evitar a toda costa. Tengo miedo de ver mi cara reflejada en una
vidriera y ya no poder soportar mis granos, mi barba torcida, mis ojos
atrofiados por los lentes, mi boca demasiado gorda.
Me da asco que me asqueen cuando yo soy igual o peor que esas cosas que ya no puedo ver como personas que viven y sufren y cojen y aman y cagan como yo. Solamente veo cosas deambulando por ahí, embutidas en colectivos o esperando un golpe de suerte.
Me caí de ese lugar donde la belleza humana es visible, donde es sabido que cada persona, que todos y cada uno son un universo de posibilidades. Eso es algo que ya no sé. El asco casi siempre cae en miedo. Me aterran todas esas p e r s o n a s, pero más todavía el terror en sí, las ganas de hacer lo que sea con tal de que desaparezca.
De repente soy uno de esos perros en navidad, la vida por un momento es insportable y ese momento parece que va a durar para siempre. Y para siempre es demasiado tiempo. No soy ni hombre ni perro ahora. Hoy me caí del mundo.
Me da asco que me asqueen cuando yo soy igual o peor que esas cosas que ya no puedo ver como personas que viven y sufren y cojen y aman y cagan como yo. Solamente veo cosas deambulando por ahí, embutidas en colectivos o esperando un golpe de suerte.
Me caí de ese lugar donde la belleza humana es visible, donde es sabido que cada persona, que todos y cada uno son un universo de posibilidades. Eso es algo que ya no sé. El asco casi siempre cae en miedo. Me aterran todas esas p e r s o n a s, pero más todavía el terror en sí, las ganas de hacer lo que sea con tal de que desaparezca.
De repente soy uno de esos perros en navidad, la vida por un momento es insportable y ese momento parece que va a durar para siempre. Y para siempre es demasiado tiempo. No soy ni hombre ni perro ahora. Hoy me caí del mundo.
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